La tranquilidad no se paga con nada (si vos te vas) [Reseña]

La tranquilidad no se paga con nada es una obra de compañía Asociación Ilícita que pone en escena el quiebre de la promesa social y cómo afecta esto la vida de una pareja. Es también una revisión de la obra El invitado de Juan Radrigán, que bajo la dirección de Jesús Urqueta llega a emocionar a la audiencia al actualizar esa propuesta dramática. Si fuera solo una historia de amor seguramente tendría otra compañía y otra dirección, pero en este conjunto de artistas es la (no) presencia constante de El invitado lo que vuelve sustanciosa la obra. La carencia que provoca esta figura y el retroceso en el nivel de vida de los protagonistas nutren de realidad la ficción. El público, quiéralo o no, se encuentra a sí mismo en el escenario.

La Tranquilidad no se paga con nada, tendrá 3 funciones gratuitas en el auditorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos este 3, 4 y 5 de agosto, todas a las 20.00 en el marco del Ciclo de teatro 6 historias de Dictadura y DDHH.

Mediante una propuesta dramática que no tiene una narración lineal-realista se logra, sin embargo, un teatro tan real que podría suceder en cualquier hogar del país donde haya carencia, donde el desempleo ya hizo efecto en los afectos. Dos personas que decidieron unir sus caminos se cuestionan la continuidad de la relación, del proyecto de vida que abordaron hace tantos años y que no han podido realizar porque hay un invitado, porque hay desempleo, o tajantemente, porque la vida para ellos no fue así. Cuánto darían para tener la seguridad de que mañana tendrán comida en la olla. Para los que bailan el baile de los que sobran la tranquilidad no se paga con nada.

El invitado produce el mismo efecto que los invasores de la morada de Casa Tomada, de Julio Cortázar, el cotidiano se ve interrumpido por esa abrumadora y arrolladora presencia ajena que no es requerida pero que se manifiesta constantemente extinguiendo la libertad, la intimidad y la seguridad de los protagonistas. Una pareja que madura con el invitado en sus vidas, en su pieza, no puede encontrar ese punto de equilibrio que es la calma.

Entonces se miran, Pedro (Nicolás Fuentes), que a ojos de Sara (Karen Carreño) se ha alejado tanto, sonríe, pero no con su sonrisa de enamorado que tenía al conocerla, no, sonríe con melancolía de recordar años y años buscando la felicidad junto a una mujer; Pedro sonríe y toma la guitarra para entonar a Piero y preguntarse mirando a Sara qué sucede si vos te vas.

“Tuvimos tanto/ Mi amor, tuvimos tanto

Sin embargo, ahora lo soñado se va

Pocas, muy pocas palabras quedaron

Que casi no tenemos nada/ Para contarnos

Si vos te vas/ Mi amor, si vos te vas…”