Vicente Irarrázabal inaugura «Efecto del falso concenso» en Posada del Corregidor este sábado 20 de abril. La serie de obras que aquí se presenta busca generar dinámicas a través del recurso a la ambivalencia.

Cada imagen es construida sobre una contraposición, en distintas dimensiones simbólicas, entre el individuo y lo colectivo. Tal pugna es desarrollada a partir de la ambigüedad de la repetida imagen fotográfica desde un plano cenital. Si bien a primera vista el conglomerado de gente puede llevar pensar en una protesta o manifestación colectiva, tal interpretación queda en vilo al mirar las imágenes con mayor detención. En efecto, el sistema de símbolos creado en la obra apunta a individuos más bien reunidos por motivos recreativos o hedonistas, reforzando el sentido de ambigüedad.

El título de la exposición es tomado del de una de sus obras: Efecto del falso consenso. Con él se hace alusión al sesgo cognitivo que se da cuando un sujeto, en base a observar una coincidencia ideológica en sus círculos afectivos y sociales, crea un patrón sistemático de realidad en el que generaliza y extiende tal coincidencia ideológica particular, un cierto consenso, a la sociedad en su totalidad. 

Tomando esta idea como punto de partida, la muestra juega con estereotipos que, a través del lenguaje corporal, las vestimentas y los objetos, nos sugieren comportamientos u opciones laborales y vitales altamente esquematizadas. Tales estereotipos funcionan como símbolos en tanto que pertenecientes a una malla social. 

La obra nos enfrenta con la imagen de un individuo escindido; un individuo que bien se resiste a entenderse como parte de lo colectivo o bien quiere escapar de ello. Así, el repetido uso del ícono “vía de escape” evoca un impulso hacia la enajenación, a la vez que una necesidad de ser guiado en ello. Asimismo, la referencia al también icónico laissez faire et laissez passer (dejen hacer y dejen pasar) de la ideología económica liberal opera en la obra como símbolo del individuo que ha perdido comprensión de su propio lugar en lo colectivo. Si bien la idea de sociedad es puesta en jaque cuando los que la componen pierden la noción de interdependencia que ella conlleva, tal pérdida supone también una inevitable herida narcisista para el individuo.

En los tiempos vertiginosos y de cambios radicales que corren, la reflexión sobre la relación entre el individuo y lo colectivo parece tomar una urgencia vital. Es a partir de este sentimiento de urgencia que nace esta exposición.

Más sobre el artista

Vicente Irarrázabal, Artista Visual de formación autodidacta con una base fuerte en dibujo técnica en la que investigo durante 7 años en figura humana. Su trayectoria se vio marcada por su temprano paso por los talleres de comic realizados por Balmaceda Arte Joven, y su participación en los talleres de grabado como Taller 99 y Taller Lautaro.  También ha sido un hito importante en su trayectoria.

Ha expuesto en diferentes espacios, entre los cuales destacan: exposiciones individuales en Sala Santiago Nattino, APECH (2023); Centro de Extensión Instituto Nacional, CEINA (2023); Centro Cultural Las Condes (2021); Espacio O Centro de Arte Contemporáneo (2017); Museo Benjamín Vicuña Mackenna (2010). Exposiciones colectivas en MAVI Arte Joven Contemporáneo (2016); Universidad Finis Terrae (2011); Sala Zócalo, Biblioteca De Santiago (2008). En septiembre de 2019, realizó una residencia en São Paulo, invitado por Universidade do Papel, la que concluyó con una exposición colectiva en dicha ciudad.

Actualmente desarrolla investigaciones sobre desplazamientos conceptuales del grabado hacia el video y la performance.