Fue liberado en Youtube el corto «Rapaz» donde se refleja una mirada respecto a las detenciones ciudadanas y el contraste de la justicia, donde el linchamiento público de transeúntes hacia una persona por delitos menores es justificado. La obra presentada en el Festival de Cannes fue aplaudida por los asistentes, gracias a la forma de mostrar esta realidad en Chile.
Con una duración de 12 minutos muestra el proceso de la detención ciudadana, como a través de la justificación del delito, una persona es sometida a vejaciones y agresiones, todo en el marco de un descontento social respecto al sistema y el castigo a la persona «pobre» que viola normas que refieran a propiedad privada, extremando la pena del delito menor, haciendo que las personas violen sistemáticamente percepciones básicas de la democracia como la presunción de inocencia y el respeto de los Derechos Humanos.
El corto en colaboración de las productoras Quijote y Planta, lograron presentar la pieza en el gran festival de Cine. Con un elenco de actores como Andrew Bargsted, Roberto Farías, Claudia Cabezas entre otros. La liberación de la pieza solo estará una semana en Youtube, pero desde su publicación ya acumula 46.000 visitas, poniendo nuevamente el tema en la palestra. ¿Cómo una sociedad en plena libertad de derechos y deberes puede llegar a establecer relaciones punitivas tan grotescas como son las detenciones ciudadanas?
Crimen Y Castigo
En nuestro país existe una constante pugna respecto al tema, que personas se amparen en una crítica a instituciones públicas para justificar otro delito, es común. Las redes sociales inundan casos donde no solo se exhibe, sino se promueve y existe una parte de «orgullo» en el hecho. Caso de la figura pública «Chispa» y su detención ciudadana el año 2015 titulada «Cazando ladrones de mierda» refleja la deshumanización de la violación a los Derechos Humanos, no importando la posición social de comunicador que este tenga o las repercusiones del acto.

Detención ciudadana en Santiago
Casos similares al rededor del mundo han generado hechos aberrantes respecto al trato con otro ser humano. En 2018 la ciudad de Puebla, México, nos dio uno de los ejemplos más claros de extremos que puede llegar la práctica de «Justicia «, dando como conclusión un hombre detenido por robo que posteriormente fue golpeado, desnudado y quemado vivo por los transeúntes. No es un hecho local sino regional, donde la exacerbación de violencia en estos casos muestran el peor lado del fenómeno.
En entrevista con el Sociólogo Luis Breull, analizó el fenómeno en Chile como una «reacción Post Transición» donde las instituciones que están en tela de juicio por diversos factores han defraudado a la opinión pública, en parte por las publicaciones de medios de comunicación, trayendo consigo una postura activa del ciudadano que toma la justicia «por propia». Las Redes Sociales donde es emitido en primera fuente este tipo de material, es utilizado como plataforma para mostrar este contenido, añadiéndole una carga de «justicia» a la acción y compartido por gran cantidad de personas que justifican y normalizan estas formas. También es parte del análisis el papel protagónico de los medios de comunicación que no tienen una alineación clara respecto al tema, sino lo exhiben como episodios atractivos que reditúan para el programa de turno, saltándose cualquier análisis ético, divulgando entonces la violencia como un medio «amarillista» que busca rating en vez de un servicio social dispuesto a la ciudadanía y su cultura.
Los medios ni usuarios de redes sociales trabajan con la «presunta inocencia» del detenido, siendo un derecho básico de cada ser humano. Arrojan la información obtenida sin una previa revisión ni tampoco existe motivación por parte de estas empresas para tener una conversación o crítica respecto a estos hechos. La exposición y foco en la violencia de estos en Internet, diarios, canales y radios también causa una validación del fenómeno, faltando gravemente a la función social de los medios.