Joan Cornellà es un dibujante e ilustrador barcelonés que juega con imágenes fuertes y un contenido para muchos «grotesco», donde el gatillo cómico está en el «sin sentido» de la situación. Un humor negro que gusta a la mayoría en redes sociales pero también genera detractores, ya que juega constantemente con estereotipos, figuras de poder y autoridades, siendo una crítica brillante a los personajes y lo que representan.

Sacando Inspiración de artistas underground del cómic Americano como Robert Crumb, autor de «El gato Fritz», le da una importante carga respecto a las temáticas que expone en sus obras, el consumo de drogas, violencia, sexo, decadencia y la lista suma y sigue. Su obra comparte similitudes estéticas con los estereotipos sociales de la  publicidad en los años 30, una sonrisa eterna independiente de la situación, la limpieza, y las vestimentas de sus personajes hacen  drástico el cambio en la obra,»lo que se ve y lo que hace».

Las plataformas del artista han mutado respecto al tiempo que ha trascurrido su trabajo, publicando en diarios,revistas, redes sociales y galerías, esto es gracias a su estilo de narrativa simple, donde la no existencia de globos de dialogo hace que la comunicación entre personajes sea totalmente interpretativa, valiéndose mucho más de las acciones de los mismo, acciones que en su primer acercamiento hacia el espectador llegan en forma de un humor grotesco y ridículo, pero al interiorizarte con la obra, tiene un trasfondo político y social.

Este tipo de humor no ha llegado a gustar en comunidades conservadoras, como fue la crítica hacia el Presidente de Los Estados Unidos de América, Donald Trump, partidarios atacaron al artista en redes sociales, hecho que escaló hasta el mismo presidente que a través de Twitter mencionó al artista, costándole muchos seguidores en sus perfiles, pero más que preocuparse, se burló de la situación en sus cuentas personales ya que también Trump recomienda  su libro ZONZO. Este son ejemplos de lo que genera la obra de Joan Cornellà, irreverente en su humor y mensaje político, donde analiza a una sociedad cada vez más individualizada.