Moda
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Fashion Revolution Week, la voz de la moda con conciencia

El romance entre las marcas de ropa y los «fashionistas» es innegable, pero, más allá de las glamorosas vitrinas, te haz preguntado ¿cómo, dónde y quién fabrica lo que usas a diario?

Esta semana se desarrolla el «Fashion Revolution Week», un movimiento que busca lograr una transparencia en la industria textil (principalmente el fast fashion), evidenciando las condiciones bajo las que trabajan quienes fabrican los productos de las marcas de moda más populares.

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Los materiales que usamos en nuestros cuerpos tienen un profundo impacto social en las personas de la cadena de suministro de la moda. En Tamil Nadu, la capital india de la producción de algodón, la demanda de algodón barato de las grandes marcas tiene importantes consecuencias para los cientos de miles de trabajadores que convierten las fibras crudas en textiles terminados. Ha habido muchos informes sobre malas condiciones de trabajo y ejemplos de trabajo forzado, donde los trabajadores y trabajadoras son reclutados de zonas rurales con promesas de trabajo decente. Un informe de SOMO escribe: “Los reclutadores convencen a los padres de las zonas rurales empobrecidas para que envíen a sus hijas a las hilanderías con la promesa de un trabajo bien remunerado, alojamiento confortable, tres comidas nutritivas al día y oportunidades de capacitación y escolarización, así como un bulto pago de la suma al final de tres años. Sin embargo, cuando las niñas llegan a las fábricas, resulta que la realidad de su nueva vida laboral no es tan atractiva ”. La prevalencia de esta realidad en las hilanderías del sur de India se basa en la falta de transparencia de las marcas más allá del primer nivel de la industria. cadena de suministro. En nuestro Índice de Transparencia de la Moda 2019, encontramos que solo el 27.5% de las marcas investigadas publicaron sus instalaciones de procesamiento (segundo nivel). Sin el conocimiento de dónde las marcas obtienen sus telas, se puede hacer poco para proteger a los trabajadores/as vulnerables en estas instalaciones. Debemos exigir una industria de la moda con tanta visibilidad de la cadena de suministro, como de la ropa en las pasarelas. Preguntemos #quienhizomiropa y exijamos que las marcas publiquen no solo sus listas de fábricas, sino también cada nivel de sus cadenas de suministro. ⠀ #FashionRevolution #quienhizomiropa?

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«Pedir una revolución pacífica que exija a esta industria, que esclaviza a trabajadores y consume los recursos que necesitarán nuestros hijos y nietos, una ‘industria limpia’ en su más amplio sentido», es la misión de Fashion Revolution que pretende expandir este mensaje en la conciencia colectiva.

De esa forma, hacen un llamado a los consumidores a participar de forma activa, a través del desarrollo de post en redes sociales con una simple pregunta: «Who Made My Clothes» (quién hizo mi ropa).

La ropa «es nuestra segunda piel, la piel que elegimos. La ropa nos acompaña diariamente, tan cerca, que la mayor parte del tiempo no notamos su presencia. Pero hace siete años descubrimos que también nos conecta con las personas que la hacen, en toda la cadena de suministro, desde quien cultiva el algodón, hasta quien corta el último fleco», dicen desde la organización. ⠀

Tragedia de la moda

La industria de la moda es una de las más poderosas en cuanto a recaudación económica debido al consumismo, pero paradójicamente ningún ser humano está exento de ella. Cada prenda que compramos, sea de diseñador, retail o de segunda selección es parte de este imperio.

El modelo de negocio actual de las marcas se basa en confeccionar a una velocidad extenuante, diferenciándose del tradicional, en que no solo se crean dos colecciones al año por temporadas, sino que se basa en fabricarlas casi de forma semanal, esa es la cara oculta del conocido «fast fashion», principalmente comercializado en las tiendas de retail.

Fashion Revolution.

Debido a eso, en el año 2013, un edificio textil en malas condiciones colapsó en Bangladesh, uno de los principales países exportadores de ropa, donde fallecieron más de mil trabajadores, convirtiéndose en el mayor desastre dentro del universo de la moda.

Pero ¿por qué se permite que se ejecute un trabajo en un recinto decadente? Pues, la mayoría de los países medio orientales fabricantes de textiles mantienen conflictos políticos, por lo que no tienen muchas opciones de trabajo, así lo retrata el documental «The True Cost» del año 2015.

Esos hechos dan origen al «Who Made My Clothes» (quién hizo mi ropa), campaña principal de la fundación, para transparentar y difundir la realidad y la vulnerabilidad de las personas de medio oriente.

Actualmente, desde Fashion Revolution informan que varias marcas de ropa han cancelado los pagos a las industrias textiles que confeccionan su ropa y cancelado pedidos de forma tardía debido a la propagación del corona virus, pero ¿qué garantía se le da a quienes confeccionan lo que usamos diariamente?

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