Rey Feliz es bloguero, cuenta con tres singles en Spotify y un libro titulado «Cola Mala», a pesar de no identificarse como «influencer«, siempre trata de compartir en sus redes sociales temas de contingencia a nivel nacional, como es el caso de la pandemia actualmente y sucesos referentes a la comunidad LGBTQ+.
Como hemos visto en ocasiones anteriores, ser influencer conlleva a una gran responsabilidad, a pesar de ser rostro para promocionar algún producto o campaña, los miles de seguidores que están presentes en sus redes sociales buscan de cierta manera que pueda expresarse sobre lo esté sucediendo a nivel nacional o un hecho contingente del día a día. Rey Feliz no se considera rostro o influencer, pero con todo lo que está sucediendo actualmente, trata de visibilizar problemáticas o situaciones que sean atingentes a hechos como la pandemia o problemáticas que atenten a la comunidad LGBTQ+.
En base a la información que éste puede compartir, también busca una reacción por parte del receptor, especialmente que el consumo de redes sociales, en estos tiempos, ha ido en aumento “A veces es un post, un video, una canción o un texto, hay varias formas de transmitir un mensaje a la comunidad, y creo que la recepción ha sido buena hasta ahora. Me gusta compartir con la gente a través de estas expresiones y que se puedan abrir diálogos a partir de ahí. Eso es lo choro de esto, no se queda en un mensaje neto que tu llegas y sueltas, siempre hay una respuesta del “otro” lado de la pantalla y se genera una relación, y eso es muy bacán” manifiesta el artista.

Fotografía: Camila Urban
Nos comenta que su seudónimo “Rey Feliz” nace después de salir del colegio y también como una metáfora con todo lo que estaba viviendo a su alrededor, “Nació hace varios años, mi mamá había fallecido hace poco y toda la situación me llevó a empezar a escribir. Me hice un blogspot y le puse ese nombre porque me parecía una bonita metáfora contradictoria sobre cómo me sentía en ese tiempo -un chiquillo perdido, que no se podía gobernar solo y que lo menos que era, feliz-. El Rey Feliz soy yo, es mi vida artística, mi canal de expresión. Me permite desconectarme de algunas ataduras terrenales y entregarme de forma más cómoda a mí mismo, a la cola loca que soy, la revoltosa, chistosa, coshina, coqueta; que le gusta escribir y contar historias en libros y canciones. Es parte de mí y quizás la más real de mi ser, al estar tan enraizada a mis emociones”.
A pesar de los años, la discriminación ha estado latente en nuestra sociedad, pero actualmente existe una ley que protege a las personas, si es que los hechos pasan a mayores, como es el caso de la Ley Zamudio, tal como argumenta Rey Feliz “Aún vemos casos de discriminación, abuso y crímenes de odio, sobre todo con mujeres y grupos más invisibilizados, como las lesbianas o la comunidad trans. Me parece importante abrir el espectro de enseñanza en los colegios y mejorar las políticas educacionales, sumar nuevos actores a los diálogos y liberarnos de las cadenas arcaicas del modelo educativo del Chile del siglo XX, esa que te decía que todo era azul o rosado, sin puntos medios. Hay que mejorar la educación sexual, la educación cívica, la ética. Hablar de los temas que antes eran considerados tabú y sentar una discusión provechosa”.
Asimismo, manifiesta sobre su situación de episodios de discriminación que ha vivido a lo largo de su vida, tanto en la calle, discos, en espacios públicos e incluso en internet y hasta en su familia, como en el colegio que se supone que son «espacios seguros» o de mayor confianza, “Creo que aprendí “a la mala” a generar una barrera, una capa protectora que me facilita ignorar todas estas cosas y a decir “sabes que, me da lo mismo”. Pero esto no debería ser así. Un cabro chico no tendría por qué aprender a “sobrellevar” su orientación sexual como si fuera una enfermedad o una mochila pesada. Lo que tiene que hacer es aprender a vivirla de forma sana y responsable, con toda la información dispuesta y las herramientas sobre la mesa”.
La base que se ha querido cambiar de esta sociedad es lo heteronormada y machista que ha sido siempre a pesar de los años, pero con todos los movimientos que han surgido, las personas de manera progresiva han podido vivir libremente pese a la represión de los demás sujetos, no obstante, un consejo por parte del Rey Feliz a las personas quienes se sientan reprimidas al no poder expresar su orientación sexual, es que, “Lo importante es saber que no estamos solos y que hay muchas personas ahí afuera como uno. Lamentablemente se hace fácil sumirse en la soledad y sentir que nunca se verá la luz al final del túnel, pero es ese sentimiento el que hay que enfrentar. Pedir ayuda es el primer paso”.
Con la llegada de la pandemia y la presencia de la crisis sanitaria en el mes de la diversidad, no se ha podido llevar a cabo la marcha correspondiente del mes de junio, referente al tema, han surgido diversas polémicas debido a que muchas personas correspondientes a la comunidad LGBTQ+ han dictado que se ha perdido el foco de la marcha, ya que, más que luchar por los derechos de las minorías sexuales, la gente iba más entusiasmada a participar de una “fiesta”, donde los rostros más “reconocidos” solamente figuraban por las campañas de las marcas que acompañan la marcha. En cuanto a esto, el bloguero indica que «Me parece estupendo, ahora más que Marcha por la Diversidad Sexual, era una marcha por las marcas del capitalismo rosa y el pink washing. Hace rato que el foco estaba perdido y creo que este tiempo va a ser bueno para replantearse estos “eventos” hacia el futuro. Hay que recordar que estamos pidiendo respeto y derechos humanos, no descuentos en tiendas del retail«.
Actualmente se encuentra, al igual que todos, sobrellevando la situación que sucede a nivel mundial a causa del Covid-19 pero esto no impide que, Rey Feliz pueda canalizar todo esto y seguir componiendo y creando historias para que sus seguidores vayan adentrándose cada vez más en el mundo del artista, pero un adelanto que se avecina para el próximo mes, sería su cuarto single «Cuando te veo» para este 3 de julio.

Fotografía: Camila Urban