«Ser una mujer pobre y encarcelada en Chile es sinónimo de dejar de existir para la sociedad. Si ya es difícil ser mujer imagínate estando presa», comenta María Carolina Araya joven abogada chilena que es parte de la iniciativa #DonameunLibro la cual busca recolectar libros para cientos de mujeres que se encuentran privadas de libertad en el Centro Detención Preventiva San Miguel.
«Ya hemos entregado cerca de 200 libros. Y me quedan por retirar esta semana y la próxima cerca de 200 más», agrega María Carolina. Según una encuesta Estudio Global GfK, 40% de la población chilena lee algunas hojas de un libro al menos una vez a la semana. Cifra que por cierto me parece inflada a priori. El mismo sondeo reveló que las mujeres leen un poco más que los hombres: 24% declara leer libros todos los días o casi todos versus el 20% de ellos. Saquen estos mismos cálculos y con la variante de estar encarcelada. Sin duda, la realidad se pone mucho más oscura en lo referente a la lectura.
«Había una biblioteca pero tenía poquitos títulos, más que nada cosas religiosas. Cuando le pregunté al encargado de la biblioteca si aceptaban donaciones quedó un poco pasmado porque nunca le habían donado nada. Ahora hasta han pedido muebles nuevos para los libros porque no caben», comenta la abogada que participa del colectivo #DonameunLibro que ya prepara incluso talleres literarios y de lectura entre las reclusas que se han visto muy interesadas con este nuevo pasatiempo que puede llegar a abrirles un nuevo mundo, abrir su mente y ver más allá de lo que las circunstancias de su vida les han mostrado.
El proyecto surgió debido a que una las colaboradoras, hace casi dos años, trabaja al lado de la cárcel de San Miguel, la misma que en 2010 se incendió. En ese tiempo era un centro penitenciario masculino. Luego del siniestro, fue habilitado como Centro Penitenciario femenino transitorio, las internas se encuentran en prisión preventiva, a la espera de una condena o, en el mejor de los casos, su absolución. «Trabajando en las inmediaciones, la colaboradora pudo constatar un hecho del que no nos habíamos dado cuenta antes: lo invisible que son estas personas para el resto de la sociedad una vez que ingresan al penal», comenta la abogada. Preguntó si recibían donaciones de libros y ahí comenzó todo. Regaló cerca de 25 libros. Días después y muy cerca de navidad, junto a María Carolina encontraron bolsas de basura llenas de libros en pleno Santiago Centro, los cuales rescataron y se hizo una nueva donación de otro 30 libros. Pareciera que el destino les hubiese hablado.
«Mi vida como prisionero» de Claudio Narea es el más leído
«Cuando dimos la primera donación el encargado de la biblioteca puso avisos sobre los nuevos libros. Nos contó que llegaron muchas internas interesadas y se pelearon el libro de Claudio Narea (Mi vida como Prisionero) por la copucha. Si alguien me dona el Libro de la Kenita va a ser un hit», comenta María Carolina.
La abogada, además apunta que los textos de auto ayuda también son los favoritos de las reclusas. «Cuando las mujeres pobres caen presas son absolutamente invisibilizadas por la sociedad y las políticas tienden a castigar a los delincuentes y no los ayudan a rehabilitarse. Estos libros podrían ser el inicio de algo nuevo. Si alguna de ellas logra transformar su vida y descubre que hay un horizonte más allá que salir a delinquir nos damos por pagados», agrega.
De acuerdo a lo conversado con Araya, según su percepción, el ruido en los pabellones ha disminuido. «Antes siempre estaban gritándose cosas y desde que estamos donando libros las chiquillas han estado más piola, quiero imaginar que están leyendo», comenta.
En estos momentos el espacio se está remodelando y hermoseando. En marzo el colectivo tendrá la posibilidad de visitar las instalaciones y comenzar una segunda parte de proyecto: talleres literarios.
¿Cómo realizar una donación?
Si estás interesadx en hacer una donación a esta causa les invitamos a seguir su cuenta de Instagram @donameunlibro y ponerse en contacto por mensaje privado o a través del e-mail donameunlibro@gmail.com indicando la cantidad aproximada de libros que quieren donar y un horario de visita para retiro. Alguien del equipo realiza va a buscar los textos en la dirección que más les acomode, dentro de Santiago, tras coordinar agenda.
Restricciones: Por normas internas, las únicas restricciones para las donaciones son, en cuanto al contenido, que NO se trate de novelas eróticas y, que se trate de libros originales. Es importante recordarle a los donantes que la piratería de libros se encuentra tipificado como delito en la legislación chilena y la idea no es incentivar su continuidad, sino que este proyecto busca que las internas, a través de la lectura, puedan encontrar una manera de reinventarse y reinsertarse en la sociedad una vez que su estadía en el penal concluya.
Parte 2 de esta idea: Una vez que la biblioteca este poblada, pensamos iniciar una segunda parte de este proyecto y dice relación con la dictación de talleres, ya sea de escritura, clubes de lectura, alfabetización, etc. Así es que si alguien se interesa en realizar un taller, estamos abiertos a escuchar sus propuestas para armar un itinerario y presentarlo al centro para su aprobación.
En realidad «Banco de libros» ya ha donado una gran cantidad de libros a la Cárcel. Es cosa de informarse.
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Muchas felicidades por entregar esas herramientas de libertad, que es la lectura, a las amigas que pasan un periodo obligatorio de reflexión.
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