Arte
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Delight Lab prende la luz y deja a la vista las vergüenzas de Chile

En varias ocasiones hemos hablado del trabajo de Delight Lab, se trata de una pareja de hermanos, Andrea y Octavio Gana, quienes con sus proyecciones lumínicas han ido relatando la realidad de Chile desde el asesinato de Camilo Catrillanca en noviembre de 2018.

Hace mucho tiempo que en nuestro país no se destacaba una acción de arte con tanto impacto mediático y social. Probablemente, se asemeja a la polémica «Casa de Vidrio» en el 2000 o  «Baby Vamp» en 2002, ambas intervenciones en la vía pública que revelaron la hipócrita moralidad que reina en Chile. Los secretos familiares, el degenerado actuar de la iglesia con cientos de niños y niñas en todo el territorio, la corrupción y abuso del Estado para con el pueblo y tantas verdades que se esconden en un velo de complicidad colectiva arraigada en lo más profundo de la cultura nacional.

Eso es lo que hacen los hermanos Gana, prenden la luz y dejan a la vista las vergüenzas de nuestra cultura frente al mundo con una verdad ineludible que muchos prefieren mantener en la penumbra creyendo que de esa manera las harán desaparecer; desaparecer como hicieron con tantos compatriotas en dictadura que visibilizaban la miseria que provocó en el pueblo el absolutismo impulsado por la elite. Hay ciertas personas en Chile que creen que continuamos viviendo bajo el yugo de Pinochet. Pero no. Durante tres décadas decidimos firmar un contrato social tácito para evitar nuevamente la destrucción y muerte que vivió el país entre los 70’s y 80’s. Pero eso se terminó.

Delight Lab nos invita a reflexionar y a ser más honestos con nosotros mismos, a aceptar nuestra oscuridad y desde allí a comenzar a ordenar y limpiar aquel espacio lúgubre en el que se acumula injusticia, intolerancia, egoísmo, ambición, sociopatía y psicopatía.

Hoy estos hermanos piden ayuda, han sido amenazados y hostigados por un grupo de lamebotas, no hay que ser Alejandra Matus para saber que se trata de fanáticos de ultra derecha, sociópatas e incels que incuban un profundo odio hacia la sociedad. Evidentemente, comandados desde la sombra por un grupo de poderosos que pretenden hacer como si Chile aún fuera aquel «Jaguar» del que tanto se han jactado.

Hace pocos días vimos como un camión en pleno toque de queda -con pandemia incluida y bajo protección policial- proyectaban luz sobre la torre ubicada en Plaza de la Dignidad, justamente donde Delight Lab  realiza sus acciones de arte desde el Estallido Social chileno. Esta fue la manera que encontraron para censurar los mensajes que han reflejado el acontecer nacional sin eufemismos como estábamos acostumbrados.

«No estamos guerra, amamos la luz y lo que se puede llegar a desarrollar con ella, sólo creemos y afirmamos que el arte funciona y puede ayudar a visibilizar problemáticas ocultas tanto sociales como medioambientales, además de buscar sensibilizar las conciencias de las personas para tener sociedades más justas, lúcidas y empáticas», aclaran en su cuenta de Instagram.

¿Cómo puede ser tan intimidante el mensaje de este dúo dinámico? ¿Por qué existe tanto odio a la justicia? Pareciera que Chile aborrece la justicia, o una parte de Chile para no ser tan absolutista. ¿Cómo es posible que pedir «Humanidad» sea sinónimo de espanto? En serio estamos mal, estamos locos si seguimos pensando así y si seguimos votando por quienes quieren mantener la luz apagada y al «pariente» incómodo bajo llave dentro de aquella pieza al fondo del pasillo. Como el diputado Diego Schalper (RN) que quiere desviar la atención de las injusticias que están ocurriendo en Chile, pidiendo que se «investigue y persiga» a los autores de las proyecciones. Me lo imagino como el típico cura inquisidor del siglo pasado que usaba su poder en contra de quienes no respetaran la moral y las buenas costumbres, mientras que en su intimidad embarazaba a las monjas que le servían el desayuno. ¡OBSOLETO! ¡UBÍCATE!

«Humanidad. Más allá de cualquier color político, ideología o pensamiento que nos terminan dividiendo, en medio de esta pandemia, el llamado es a conectarnos y unirnos desde lo más profundo de nuestra propia Humanidad, para estar unid@s y salir adelante de las adversidades que se presentan. (…) Libertad de expresión ante todo si es que en lo que vivimos se llama Democracia», declara Delight Lab  en una publicación de Instagram.

Apoyemos a quienes se lo merecen. Este dúo de artistas chilenos en vez de ser perseguidos debe ser protegido porque son valientes y han representado a buena parte de la sociedad con sus acciones. Abramos los ojos y la mente al nuevo Chile, al nuevo mundo, abrámonos la puerta y liberémonos a nosotros mismos de nuestro inquisidor déspota. Gracias Delight Lab , hoy todos deberíamos ser un poquito más como ustedes.

 

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