Arte, Cultura
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Alondra Cáceres, la gestora cultural de Marchigüe que ha potenciado el desarrollo artístico y cultural en su territorio

En el año 2020 se puso en marcha en la comuna de Marchigüe el espacio cultural “La Liebre”. Esta iniciativa nace desde la artista, música, cantante, directora artística y gestora cultural Alondra Cáceres, quien es hoy, además, la administradora del espacio cultural que ha potenciado el desarrollo cultural de esta zona.

Durante la pandemia del Covid-19 y luego de varios años de viaje, Alondra tuvo que enraizarse en su pueblo de origen, en este proceso tuvo la oportunidad de madurar algunas ideas y sueños que necesitaba proyectar. A su vez, visualizó en esta comuna, casi desconocida del secano costero, la necesidad de crear espacios e infraestructura cultural donde las personas pudieran desarrollar su arte e intercambiarlo con artistas de todo el mundo.

Dentro de su experiencia en las artes, Alondra se ha desempeñado en las industrias creativas y del conocimiento, en el área de gestión y producción cultural, como también, en la educación y creación. Manteniendo siempre un énfasis en la asociatividad y la innovación cultural comunitaria en espacios improbables, aislados o culturalmente rezagados como es el caso de la comuna de Marchigüe en el valle de Colchagua.

Conversamos con Alondra Cáceres quién nos entregó detalles de lo que ha significado su experiencia en el centro cultural y la importancia que tiene para la comunidad.

-¿Cómo nació este espacio?

Hace muchos años deseaba ser parte de un colectivo, algo mayor a mí, una organización con fines artísticos-culturales con valores similares a los míos. Como nunca realmente lo encontré, asumí que tenía que crearlo y fundar yo misma el espacio que soñaba. Observé innumerables veces ese anhelo de las personas de mi pueblo y de esta zona, por tener más actividades, que pasen más cosas aquí, para recrearse, entretenerse, experimentar, aprender y variar, y me sentía llamada a hacer algo para sanarlo.

Pronto arrendé una casa en el centro de la comuna, comencé a arreglarla, a hacer actividades y buscar colaboradores. Pensaba, si se materializa el espacio físico, será más fácil y probable que la movida artística ocurra. El nombre la “Liebre» lo inventó nuestra amiga Natalia Alfaro, las liebres son una especie de “animal de poder” autóctono de Marchigue.

Una de mis mayores motivaciones es, asimismo, la educación y en particular la educación artística y la educación superior, pues ambas son casi inexistentes en esta ruralidad, lo que obliga a los jóvenes a migrar para formarse. Ese es un gran dolor en el lugar porque los talentos se van y se esfuman, muy pocos regresan.

El lugar se vuelve estéril. Yo misma viví ese dolor como adolescente, crecí en un pueblo medio olvidado de la zona central seca de Chile. Mi interés siempre ha sido revertir esta rueda. Como no lo puedo hacer sola, necesité crear un espacio donde confluir con otras personas que sienten el mismo dolor y deseo por sanarlo.

-¿Qué tipo de actividades se realizan en el centro cultural?

Desde 2020 y hasta 2022 hemos realizado actividades esporádicas para el público: conciertos musicales, presentaciones escénicas en tiempo real y transmitidas en vivo, una mini residencia artística, talleres (serigrafía, teatro, música), conversatorios, charlas, algunas producciones de audio y video. Una de las más recurrentes durante el 2022 fue el Mercadito de emprendedores y también las sesiones regulares de arteterapia y Sanación.

Internamente, el espacio “La Liebre” funciona a diario como un co-work creativo usado permanente por los colaboradores más comprometidos. Este es nuestra base o headquarters desde donde gestamos y desarrollamos proyectos. Últimamente nos hemos enfocado a la creación e implementación de servicios de capacitación y asesoría relacionadas al conocimiento personal y de organizaciones-empresas.

Para marzo 2023, estamos gestando un curso de iniciación de diseño humano llamado «Vivir tu Diseño”, es para todo público que esté interesado en conocerse así mismo radicalmente. Lo estamos haciendo en colaboración con una profesora de España, se realizará en Santiago y está siendo gestado desde nuestro espacio “La Liebre”. 

¿Cómo se financia el proyecto?

Este espacio ha realizado diversas actividades culturales con adhesión y también hemos arrendado espacios físicos para artistas y terapeutas, con lo que hemos podido financiar ciertos gastos. Muchas personas han donado materiales y objetos que nos han servido para acondicionar el espacio. Sin embargo, no contamos con un financiamiento constante ni contundente, hasta ahora hemos sido algunos pocos usuarios del espacio los que hemos puesto de nuestro bolsillo para mantenerlo, y eso sabemos que no es sustentable en el tiempo.

Por eso, este 2023 nuestro foco es conseguir financiamiento e inversión, porque este proyecto necesita todos los recueros posibles. Necesitamos mucho apoyo y estamos abiertos a recibir todo tipo de colaboración y asesoría en asuntos financieros para sustentarnos y crecer.

-¿Cómo percibes el desarrollo y el crecimiento cultural a nivel regional, específicamente en sectores más aislados de las urbes? 

Percibo que existe muy poca cobertura de oferta cultural a nivel regional, por ejemplo, las comunas de la Provincia de Cardenal Caro, Paredones, Litueche, La Estrella, Navidad, Marchigüe tenemos poca oferta artístico cultural y sobre todo pocos espacios culturales. En ese sentido, nuestras comunas se encuentran muy rezagadas. Percibo algo similar en el resto de la región, para las comunas alejadas de las ciudades.

Es sabido que en Latinoamérica, como por ejemplo en Colombia, las industrias creativas tienen el potencial de aportar muchísimo a la economía nacional, generando empleo desde la creatividad de las personas, su conocimiento y servicios originales; sin embargo, aún no se inyecta un financiamiento contundente y constante a los espacios culturales para poder articular esa creatividad y transformarla en valor.

Es importante hacer notar esto y pedir ayuda porque la estamos necesitando. Como territorio, estamos constantemente consumiendo cultura extranjera, invirtiendo nuestro dinero fuera del territorio, en grandes productoras de arte internacionales, como Netflix. El desafío es conseguir invertir, literalmente, y convertir nuestros territorios regionales en lugares prolíficos y atractivos culturalmente, para que especialmente los jóvenes sientan ganas de quedarse y contribuir al crecimiento de la industria de la cultura y el desarrollo de las artes.

-¿Has tenido la oportunidad de trabajar en otros centros culturales?

Hemos colaborado con espacios culturales en Pichilemu y también hemos difundido lo que hacemos en “La Liebre” en algunos lugares culturales en Santiago. Sin embargo, tenemos aún el desafío de aunar más fuerzas y asociarnos con nuevos actores para crecer y no sentirnos aislados. La asociatividad nos permite delegar, dejarnos apoyar, seguir evolucionando y aprendiendo.

-¿Notas diferencias en la forma de gestionar la cultura en regiones?

En sitios más aislados como este, existe tendencia a mantener lo tradicional, lo que es costumbre. Por ejemplo, escuchar rancheras es una costumbre clásica del lugar, muchas personas del territorio se muestran desconfiadas o escépticas en un principio a lo nuevo, al desarrollo de nuevas tendencias en música y artes. Sin embargo, al mismo tiempo, percibimos que las personas agradecen la novedad y la diversidad. Hay una añoranza porque sucedan cosas nuevas, variadas, extrañas, improbables y atractivas. A todos nos gusta asombrarnos y el arte no hace daño, es expansivo y seguro.

Creo que los gestores de regiones podemos atrevernos a tomar acciones disruptivas, audaces y pioneras en nuestros territorios, llamar la atención, sentar precedentes y ocupar a nuestro favor la particularidad y magia de nuestras localidades. Creo que en regiones tenemos la fortaleza de estar muy cerca de los habitantes y las instituciones son más cercanas que en las grandes urbes. Nos movemos más en tribu y podemos aprovechar esa confianza y familiaridad a nuestro favor.

-Según tu experiencia. ¿Cuál crees qué es una buena estrategia para acercar a las personas a los espacios culturales y cómo estos transforman la vida de las personas?

Buena pregunta. Algo que en mi experiencia es primordial es enfocar esfuerzos e invertir recursos e infraestructura para la cultura, contar con financiamiento abundante y desde distintas fuentes para crear espacios atractivos, acogedores, bien equipados. Acá en el secano costero es difícil encontrar lugares donde ir a refugiarse del frío, del calor, salir de la tele, salir de la mente, socializar, conocer gente nueva, son escasos los lugares públicos y culturales atractivos. Es importantísimo contar con espacios bien pensados y bien equipados.

En segundo lugar, creo que hay que considerar las redes y la cultura pre-existente del lugar a la hora de hacer invitaciones, difundir, y hablar en un lenguaje común, tener cercanía y constatar constantemente si existe una buena comunicación con el territorio. Por último, creo en ser únicos y originales como espacios, tener valentía para crear, las personas quieren y necesitan ver cosas nuevas.

Los espacios culturales, al ser lugares donde confluye la diversidad, la disciplina, el conocimiento, la excelencia, la valentía, tienen la capacidad de ampliar los horizontes de las personas que los visitan. Son fundamentales en el desarrollo humano de un territorio, por eso es tan importante meterles fichas.

-¿Cómo se proyecta el centro cultural a futuro? 

La proyección hacia el 2025 es crear residencias artísticas de alcance internacional, donde nos visiten creadores que habiten el lugar y lleven a cabo desde aquí procesos de investigación, creación, exhibición e implementación de obras o proyectos artísticos multidisciplinarios.

También proyectamos mejorar nuestra Infraestructura, deseamos abrir un café para potenciar el espacio cowork que se ha ido gestando de forma tan natural, y así poder abrir más este espacio a la comunidad y transeúntes.

Hacia el 2030 deseamos convertirnos en una especie de nueva universidad de arte, con foco en las habilidades de producción (management, promoción, administración en industrias creativas), contemplando nuevos métodos de educación, ya no más clases lectivas, sino un aprendizaje basado en prácticas y proyectos. La visión es que el “estudiante” debe ganar experiencia real, involucrarse en el mundo, ser parte activo de proyectos concretos, experimentar, equivocarse, pedir y recibir ayuda del medio, y a partir de esto mejorar y crecer.

No queremos que la gente vague por el mundo pidiendo trabajo. Sino que salga de la universidad habiendo aprendido ya a colaborar y a gestionar su trabajo de forma justa y artísticamente prolífica. Tenemos proyecciones muy grandes y ambiciosas, y para eso necesitamos aunar muchas voluntades y colaboración a nivel local, nacional e internacional.

Para saber más sobre el espacio cultural “La Liebre” de Marchigüe puedes seguirlos en Instagram @laliebre_marchigue y ante consultas puedes contactarlos al email laliebremarchigue@gmail.com o al WhatsApp: +569 34078225.

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Periodista de la UAHC. Mi objetivo como profesional de las comunicaciones es visibilizar las luchas y movimientos sociales. Amante de los animales, el muralismo, la música, el cine, la fotografía y los viajes. Vivo en el hermoso barrio Yungay.

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