«Tierra Larga» el libro de cuentos de Felipe Sasso
El miércoles 26 de mayo, a las 19.00 horas, se presentará el libro en una actividad virtual y gratuita por Facebook Live de Ediciones del Gato.
El miércoles 26 de mayo, a las 19.00 horas, se presentará el libro en una actividad virtual y gratuita por Facebook Live de Ediciones del Gato.
Desde hace un tiempo, lo que estoy viviendo no siento que lo estoy viviendo, ¿se entiende? Todo me parece muy lejano, como si lo estuviera viviendo en segundo plano o a través de otra persona. Busqué en internet, lo más parecido que encontré fue el concepto de despersonalización.
En una época, mis compañeros empezaron a sufrir crisis nerviosas y estrés, fue cuando decidí renunciar y cambiarme de ciudad. Ahora escribo en la mañana y tomo sol, también miro los cerros y me fijo en cómo los árboles van perdiendo sus hojas, o bien cambian de color.
En medio del drama, uno se contagia. Por estos días elegí sufrir, ya casi no veo comedia ni series que me hagan reír, lo siento como algo lejano, fuera de esta época; en vez de eso, he comenzado varias series oscurísimas, con imágenes de muerte y asesinatos, puro drama y sufrimiento.
El virus ya está acá, me dijo, ya llegó, y me contó que en la ciudad empezaron a organizar ollas comunes porque la gente no tiene acceso a alimentos. Algo que parecía tan lejano, tan distante, ya es una realidad al interior de la provincia.
«Me encanta la solemnidad que adoptan en el campo para referirse a las cosas naturales. El palto no es un estorbo que hay que arrancar para construir un minimarket o un estacionamiento, es una figura cercana, prácticamente un miembro de la familia».
Ahora hablo más por teléfono. Prefiero llamar a una persona en lugar de escribirle por Whatsapp, Messenger o Instagram y tener que esperar una eventual respuesta. Qué lata. Probablemente estoy más ansioso que antes, echémosle la culpa al encierro. Mandar un mensaje por alguna de las aplicaciones de mensajería es tan común que ya casi no queda nada relevante que decir. Hablar por teléfono, en cambio, te obliga a tener algo trascendente para comentar, de lo contrario, no se justifica mucho la llamada. Pero no es llegar y hablar por teléfono. Primero hay que lidiar con la respuesta inicial de la otra persona, la que siempre está cargada de sorpresa y va acompañada de un “¿qué pasó?”, porque comúnmente el llamado por teléfono está asociado a la desgracia, a la tragedia, al “pasó algo”. Luego hay que lidiar con la decepción de la misma persona una vez que le explicas que sólo llamabas porque querías saber cómo estaba. Ahora sí puedes hablar. Yo hablo por teléfono y harto, casi todas mis conversaciones superan la hora …
¡Le damos la bienvenida a Felipe Sasso, nuestro nuevo columnista que debuta con un relato sobre su cuarentena.